Los habitantes de Nariño, en el sur de Colombia, empezaron esta semana con la confirmación de dos asesinatos con un elemento común: que sus víctimas murieron a causa de su liderazgo.
Johny Walter Castro era un líder social de 40 años; un representante de víctimas del conflicto que estaba organizando una entrega de regalos navideños y fue baleado por hombres que entraron a su casa.
Byron Alirio Revelo, por su parte, era un profesor y sindicalista que se encontraba en la ciudad de Tumaco organizando una elección gremial. Lo secuestraron y luego abandonaron su cuerpo, que fue encontrado por residentes en estado de descomposición.
Ni los detalles ni los motivos concretos de los homicidios están esclarecidos, aunque los dos fueron precedidos por amenazas.